Fuente:EFE
Olivorio Mateo Ledesma (Papá Liborio) es una de las figuras más fascinantes de la República Dominicana. Tras desaparecer en 1908 durante una semana, volvió reconvertido en curandero, profeta y guerrillero, y, por primera vez, su historia es llevada al cine como un personaje que es una mezcla entre Cristo, el Che y Bob Marley.
Así lo define Nino Martínez, el director dominicano afincado hace años en Madrid, que ha presentado su película en el Festival de Cine de Sevilla, (sur), en su sección ‘Nuevas olas’, y se ha felicitado de sacar adelante un proyecto del que le atrajo “la complejidad del personaje, la cantidad de claroscuros que presenta la historia, la vida de alguien lleno de contrastes”.
En la entrevista con EFE, Martínez ha recordado que todo lo que se ha escrito sobre esta persona “se posiciona a favor o en contra”, quizás “por el hecho de que sea un campesino iletrado, negro, pobre, lo que hizo que una parte de los historiadores, sobre todo los que comenzaron a estudiarle, hablaran bastante mal de él”.
Sin embargo, en los años 70-80 “hubo una especie de reivindicación de Liborio como símbolo de la lucha campesina”, y comenzó a ser más conocido como alguien que “significa mezcla de culturas, de religiones, de lo que tenemos en el Caribe y en la República Dominicana en especial”. La figura de Liborio es seguida por miles de personas aún hoy, que tienen casi como dogma de fe sus canciones y rituales.
“Coinciden muchos factores en ese momento, como que llegan los americanos, y el capitalismo entra de frente”, lo que hace que la tierra comienza a legislarse, “y el campesino comienza a dejarla, comienza a migrar a la ciudad, a círculos de periferia de pobreza que todavía hoy están en Santo Domingo”, y ganan valor conceptos como “la esperanza del pobre, la que nunca muere, capacidad del mito, del triunfo del desvalido”.
La película supone el debut en un largometraje de la dominicana Fidia Peralta, quien ha subrayado que fue todo un desafío meterse en el personaje de Altagracia, un papel dramático muy alejado “de lo que hago en mi día a día, que es humor en las redes sociales, con lo que interpretar el papel fue como salir de mi zona de confort”.
De hecho, cuenta como anécdota que, cuando hizo el casting, se marchó a Perú a realizar otro trabajo, pero cuando estaba llegando al aeropuerto le llegó un mensaje al teléfono que le decía que había obtenido el papel, lo que se tomó como “un regalo de la vida tras 18 años tocando puertas”.