FUENTE: EFE
El experto y consultor de arte Vicente Todolí, director artístico de la Pirelli HangarBicocca de Milán, asegura que los grandes museos que dependen de la audiencia “están en una gran crisis y tendrán que ser rescatados o lo pasarán muy mal”.
Para el exdirector de la Tate Modern de Londres, los museos deben ser considerados como un servicio público ya que son, en su opinión, “un hospital para el alma”.
Todolí reflexiona en una conversación con Efe sobre el presente y el futuro del arte, afectado también por la crisis del coronavirus, y se muestra muy escéptico sobre la posibilidad de que vaya a producir realmente un cambio de mentalidad “porque la gente tiene memoria de pez” y “tendencia a olvidar”. “El verdadero test -sostiene- se producirá cuando llegue la vacuna”.
Los museos poscovid
“Ojalá se empezara a apreciar lo diverso y no lo estándar, que es lo que es el arte al fin y al cabo”, asegura, pero considera que habrá que esperar unos cuatro años para ver “en qué ha quedado todo esto”.
Como efecto positivo, agradece que se haya desmontado la creencia de que un museo se medía en números, por la venta de entradas. “Ha sido siempre falso, pero mientras se ganaba dinero se hacía y los museos cada vez eran más grandes, con más ampliaciones”, lamenta.
“Un museo es un intermediario entre el arte y el público, pero sobre todo está al servicio del arte, y en el momento en que dependes de los ingresos y de los números ya no están sirviendo al arte si no sirviéndote de él para ser más grande, hacer ampliaciones, tener más personal”, asevera.
Vida dedicada al arte
Y esta es la filosofía que ha impregnado sus más de 30 años de trayectoria en el mundo del arte, en el que ha ocupado, entre otros muchos cargos, la dirección artística del IVAM, del Museo de Arte Contemporáneo Serralves como su director fundador en 1996 y la dirección de la Tate Modern (2003-2010).
Actualmente asesora a varios museos y fundaciones, entre ellas la Fundación Botín, la colección de INELCOM en Madrid y es director artístico de la fundación Pirelli Hangar Bicocca y de Bombas Gens en València.
Esta dedicación la compagina con uno de sus proyectos particulares de los que se siente más orgulloso, la fundación Todolí Citrus que explota un huerto con una colección de 400 variedades de cítricos en su localidad natal, Palmera (Valencia), su “museo particular” que se ha convertido en un centro de investigación y experimentación gastronómica bajo el asesoramiento del prestigioso chef Ferran Adrià.
“Un museo tendría que considerarse como un servicio público, porque es un hospital para el alma, igual que la ciencia”, defiende en una conversación mantenida en su huerto, un pequeño “paraíso para los sentidos” junto al Mediterráneo que ha convertido en su hogar y espacio de trabajo.
El difícil equilibrio de un museo
Lamenta que los museos “hayan pasado a depender del mercado porque los gobiernos veían que el arte se había puesto de moda y se podía sacar dinero”. “Hasta que llega un momento como este -advierte- en el que ya no hay dinero por la venta de entradas, el patrocinio baja” y considera que “igual que hubo que rescatar los bancos, ahora hay que rescatar los museos”.
También critica el hecho de que se busquen a artistas que lleven a gente a los museos porque al final “es la serpiente que se muerde la cola”. “Los artistas son más conocidos porque hacen más exposiciones porque llevan a gente, y a los que no son conocidos no les hacen caso”, señala.
Todolí ha defendido siempre lo contrario y las fundaciones que asesora apuestan por artistas que tienen un gran nivel pero no son conocidos, rompiendo así ese “círculo vicioso”.
Relata que cuando le contrató la Pirelli HangarBicocca de Milán les dijo: “Vosotros vendéis neumáticos, no arte; sed generosos, si lo hacéis gratis, si alguien tiene dudas y le gusta el arte comprará antes un Pirelli, aunque sea más caro, porque estáis haciendo esta labor”.
Asegura que ha tenido importantes ofertas pero siempre se ha negado a trabajar en el mundo más comercial y ha apostado por proyectos sin ánimo de lucro con la excepción de las exposiciones de los legados de Sigmar Polke y de Juan Muñoz. Pero establece condiciones: “Las galerías tienen que asumir que es un proyecto casi de museo, y yo me encargo de la elección de las obras, del formato y del montaje”.
También que no haya fines comerciales. “En el caso de Polke solo había una obra a la venta y había como casi 50 obras expuestas”, recuerda.
Proyectos futuros
Uno de sus próximos proyectos es la exposición individual “Six rooms” de la obra de Juan Muñoz en la prestigiosa galería de arte David Zwirner en Chelsea (Nueva York), que anunció hace unas semanas que representará en exclusiva el patrimonio del escultor español.
La muestra, que incluirá seis grandes instalaciones que el artista realizó entre los años 1986 y 2001, estaba prevista para el pasado mes de mayo pero se ha pospuesto por la Covid-19 a la primavera de 2021, señala Todolí, comisario de la exposición.