La pasarela madrileña tiene ganas de fiesta, de vivir y sentir el color. A pesar de este año duro, los diseñadores son optimistas y se han reinventado con una idea clara: seguir adelante para continuar siendo motor económico y vender ilusión, un adjetivo siempre ligado a la moda.
De la estructura empresarial al diseño creativo, la pandemia ha condicionado los últimos meses a las firmas de moda de autor españolas y eso se percibe en las colecciones que han presentado este viernes en la segunda jornada de la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid.
Así Hannibal Laguna ha subido a la pasarela vestidos de fiesta que repelen hongos y bacterias, mientras que Custo Barcelona apuesta por sudaderas de algodón combinadas con materiales tecnológicos de doble uso: cómodas para vestir en casa y en la calle.
Custo Barcelona no ha levantado el pie del acelerador en este tiempo y presenta una colección tan extensa como en otras ocasiones, con 63 «looks» y un lema «I am the power but you too» (Tengo el poder pero tu también) una frase «de resistencia y con cierta ironía» hacia el tiempo actual, ha dicho a Efe Custo Dalmau, su creador.
«Esta situación se está alargando mucho. No sé cuánto más puede resistir la gente. Estamos al límite», ha señalado el diseñador con cierta preocupación por el efecto psicológico que está provocando la pandemia en la sociedad.
«La ropa es una compra emocional y social y precisamente son dos de los ámbitos afectados», ha comentado, una circunstancia que se refleja en las ventas que «están focalizadas en el ‘online’ y no en las tiendas físicas».
El encierro ha trastocado el concepto de vivir, según Dalmau, por lo que ha presentado una colección dividida en tres bloques. El más importante, para el diseñador, el dedicado a sudaderas «híbridas» confeccionadas en algodón y materiales tecnológicos una combinación que denomina de «lenguaje avanzado», ya que se puede utilizar «para estar cómodo en casa, pero también como vestido de noche».
Los vestidos experimentales, de cortes geométricos, volúmenes y bordados de acetato son otro de los pilares en una colección en la que no faltan las parkas y acolchados, un desfile al que ha asistido la presidenta del Congreso de los Diputados, Meritxell Batet.
Con ganas de volver a crear una colección, Hannibal Laguna decidió su propuesta a partir del diseño de mascarillas y no al revés. «Antes nos reíamos de Michael Jackson por llevarla. Ahora, es el elemento principal de nuestra vida, no un complemento cualquiera».
Una colección de formas sencillas a la que le resultó «difícil» enfrentarse ante la falta de eventos y reuniones sociales, la especialidad del diseñador, que supo cómo descubrir «una industria textil escondida» especialista en textiles de hogar tecnológicos que protegen contra virus y bacterias.
«Hemos trasladado esos tejidos a nuestros diseños», creados en esta ocasión con su hermana Isabel, con estampados de hojas de palma y damasco valenciano en tonos intensos como rojos, flúor o naranjas. «Una manera de volver a la fiesta y la alegría que todos deseamos».
Ángel Vilda, el alma creativa de Brain&Beast, refleja en su propuesta la felicidad que provoca la nostalgia, con un guiño a las prendas que en algún momento han vestido miembros de su familia.
«Es un homenaje a todo aquel que me ha hecho feliz», donde se percibe el recuerdo de momentos felices de otro tiempo en el que hay referencias a sus antepasados, pero también a los miembros más jóvenes de su familia como su sobrina.
«He rescatado el bordado del vestido que llevó mi abuela a la boda de mis padres, mejorado», ha señalado.
Una colección construida y deconstruida, «prendas Frankenstein», en las que combina tres cuartos de una pieza con un cuarto de otra, una idea que ha puesto en práctica con prendas de su abuelo: un jersey de punto del que elimina una manga para sustituirla por otra del batín de casa.
Vilda aprovecha telas de colchón que transforma en faldas al más puro estilo Mary Shelley, incluso en su vestido de novia, realizado a partir de dos camisones.
Materiales texturizados, tejidos con acabado propio, juegos de papiroflexia y estampados que reflejan historias contadas «a través de los ojos de un niño» que se complementa con bolsos maceteros y pendientes llavero.
Maite By Lola Casademunt, una de las firmas más veteranas de la pasarela 080 Barcelona ha debutado en Madrid con una colección inspirada en el barrio londinense de Chelsea.
«Mi intención es hacer prendas cómodas y flexibles para ir bien vestido», ha explicado Maite Gassó Casademut, actual directora artística de la firma que fundó su madre hace 40 años.
La pandemia le ha servido para «reinventarse y resetearse», además de crear una colección sin prisas, «más pensada» y lanzar la tienda online.
Este desfile, además de un reconocimiento para la firma, «es un trampolín internacional», añade la diseñadora que se siente feliz con este debut, «es un subidón, la firma se fortalece».
Por la mañana, Ágatha Ruiz de la Prada desfiló con prendas de abrigo llenas de color, un momento en el que comentó que el desconcierto de la sociedad. «La gente está despistada, lleva un año en chándal».
Una pasarela que se celebra en formato híbrido con grandes medidas de seguridad que conllevan la reducción de aforo al 24 % de su capacidad.